aprendizaje


 

¿porqué aprendizaje y no educación?

 

El aprendizaje es un hecho constatable y común a todos los seres animados. Todos los animales aprendemos, y es ampliamente aceptado que el aprendizaje es un proceso que cubre nuestra vida entera y no se limita a ninguna etapa especial del desarrollo. Aprender, como nutrirse, es una facultad y necesidad del organismo animal.

 

Si bien es cierto, que durante la primera etapa de su vida, hasta alcanzar la madurez (sexual), los animales estamos especialmente orientados al aprendizaje, que realizamos mediante el juego, la observación, la imitación y la experimentación. Este es un hecho interesante a tener en cuenta en el mamífero humano que somos, pues nuestro periodo de inmadurez es bastante más prolongado que el del resto de las especies, y no es una idea absurda el postular la inmadurez intrínseca de nuestra especie, ya que los individuos "adultos" mantenemos vivos rasgos propios de los cachorros de otros mamíferos, como si nunca estuviéramos del todo hechos. Y ahí residiría la ventaja adaptativa de nuestra especie, nuestra potencialidad, el ser cachorros tanto tiempo.

 

Un cachorro humano, a pesar de su patente inmadurez fisiológica, en sus tres primeros años de vida ha realizado una serie de aprendizajes por completo sorprendentes, entre los que destaca la apropiación del aparato lingüístico de significación, un complejísimo mecanismo regido por un sin fin de oposiciones, arituculaciones y reglas, y que nadie "enseña" en el sentido técnico de la palabra. A un niño y a una niña se le habla, se le canta, y aprende a hablar y cantar.

 

Paralelamente ha conseguido en esas escasas tres vueltas al sol, pasar de no poder voltearse o erguir la cabeza, a correr y saltar sobre un solo pie, a asir y manipular objetos y herramientas.

 

Y todo ello le permite planificar sobre la marcha para ir resolviendo los problemas que se encuentra.

 

Sin embargo es un error decir que los niños aprenden solos, aprenden ellos, eso es cierto, pero poco podrían aprender en soledad. Los niños y las niñas aprenden con los otros y con lo otro, en sus intercambios con sus semejantes (y cualquier animal lo es) y con el mundo que le es dado. Pero aquí no hay nada que pueda llamarse educación, ni tan siquiera trasmisión de conocimientos o de valores. Evidentemente niños y niñas adquieren conocimientos (sobre todo habilidades, aptitudes, procedimientos... aunque también conceptos e ideas, sin que evidentemente sean lo fundamental de ningún aprendizaje, son sólo el contenido contingente que nos permite poner en marcha capacidades), los adquieren jugando, imitando, experimentando, fabulando, proyectando... con otros animales humanos que en el mejor de los casos tendrán fuertes lazos afectivos con los cachorros.

 

Tenemos el mundo y a los otros, y tenemos las herramientas ¿por qué diablos ibamos a necesitar educación alguna?

 

Para someternos. La idea inicial de la instrucción pública que liberaría a los humanos de la superstición y la sumisión haciéndoles dueños de sus propios destinos, sigue siendo una idea interesante, pero nuestra escuela nació calcada de la instrucción militar ya que la patria necesitaba soldados disciplinados que defendieran la libertad que aún no habían conquistado. La educación, y no solo la escolar, - los padres somos los primeros cómplices del sistema de dominación, los primeros agentes educadores - es un sistema de disciplina, de sometiemiento de la propia voluntad y la propia inteligencia a una instancia, una institución (y las instituciones podrán ser personas, pero no animales) que gobierna el entramado de intercambios sociales. Opera mediante la calificación, la intimidación, la amenza y el castigo... cosas que a nadie se le escapa, poco tienen que ver con el aprendizaje, aunque evidentemente tienen un influjo nefasto sobre él.

 

Los animales humanos domamos y domesticamos a otras especies, pero lo más sorprendente, es que domamos y domesticamos a los individuos de nuestra propia especie con idénticos fines, obtener un beneficio, convertirnos en medios para un fin ajeno a nosotros mismos. ¿Extraño no?

 

aprendizaje vivencial compartido