vivencial


 

 

¿Por qué vivencial?

 

Decía Juan de Mairena, el profesor de gimnasia que imaginó Antonio Machado, y que en sus ratos libres enseñaba, retórica, lógica y poética, que la gimnasia era absurda pues consistía en una serie de movimientos abstractos cuyo único objetivo era matener en forma el cuerpo;  fomentad el amor a la naturaleza - decía - y de ancianos seguirán trepando por las peñas con la intención de encontrar alguna rara especie vegetal, mineral, animal.

 

El adjetivo vivencial quiere precisamente sacudir del aprendizaje todo tipo de gimnasia abstracta. Se aprende por amor a aquello que queremos aprender, aprendemos aquello que está imbricado en nuestra popia experiencia, en nuestro deseo. Se educa para producir futuros profesionales y expertos, dóciles y eficaces. Se aprende por amor al mundo que nos encontramos, por amor al agua, al fuego, a la tierra y al viento, por amor a la gente, a los bichos y a las plantas, por amor a nuestras capacidades, se aprende por puro placer, porque tiene un significado vital, vivencial, para nosotros. Se educa para ser esto o lo otro, se aprende para que sí, por necesidad o placer, para salir del paso, para ir haciendo camino.

 

La vida nos brinda experiencias sin fin con las que aprender lo que necesitamos y amamos. Si nuestra necesidad de pertenencia, aparo y cuidado por un grupo está satisfecha, uno no tiene necesidad de aprender para llegar a ser esto o lo otro y tener así su sitio, le basta con crecer en libertad, en autonomía, en fantasía, en conocimiento científico (¿habrá algo digno de llamarse conocimento que no precise del adjetivo ciéntifico?) e ir con todos construyendo el mundo que habitamos.

 

aprendizaje vivencial compartido