Partimos de desencantos y desengaños, de la convicción o la sospecha de que éste no es el modo en el que se da a luz, éste no es el modo en el que se cría, éste no es el modo en el que se educa. Entonces uno empieza a buscar y cuando busca encuentra, y junto con reflexiones y experiencias verdaderamente enriquecedoras, uno topa con gurús, charlatanes, que por un módico precio, e incluso de forma semigratuita, nos ofrecen sus recetas infalibles. ¿Recetas para qué?
Un niño, una niña, no son materia prima a procesar para lograr un producto, o al menos, no deberían serlo.
un aprendizaje vivencial compartido no es un método, nunca hay un sólo camino, de hecho no hay camino en absoluto, sino que se va haciendo al andar, como bien vio el poeta. Gente que aprende junta viviendo sin más, guiada por el respeto y la confianza, por la ternura y la complacencia, jugando, indagando, dialogando, experimentando. ¿para qué? para nada, porque sí, para dejarse en paz. ¿quién necesita algo más?
Comments (0)
You don't have permission to comment on this page.